La Cámara Laboral 3° de Paraná tomó una decisión importante en relación a un caso de despido indirecto. Un trabajador, quien se desempeñaba como conductor de ómnibus urbanos, se encontraba en una situación de incapacidad médica no definitiva. Tras recibir el alta médica, el trabajador solicitó la reasignación de tareas dentro de la empresa, situación que no fue atendida por la empleadora.
El trabajador recurrió entonces a la justicia, iniciando una demanda en donde alegaba un despido indirecto, invocando una injuria laboral por parte de su empleadora, quien no le habría asignado tareas acorde a su estado de salud.
El argumento principal del trabajador residía en que, dado su estado de salud, la empleadora tenía la obligación de asignarle tareas diferentes a las que venía desempeñando habitualmente para adaptarse a su nueva condición.
No obstante, la Cámara Laboral 3° de Paraná, en su revisión del caso, decidió revocar la sentencia anterior, rechazando la demanda presentada por el trabajador. El fallo se basó en que el alta médica no tenía el carácter de definitivo respecto a la incapacidad del trabajador, lo que implicaba que no había una obligación legal de parte de la empleadora de asignar tareas diferentes a las que el trabajador venía desempeñando.