La Acordada 2640/2023 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación aprueba los “Lineamientos Generales de Sentencias Claras”, con el propósito de favorecer la comprensión de los pronunciamientos judiciales y optimizar el servicio de justicia. En sus considerandos se reconoce la dificultad que genera el lenguaje técnico y se enfatiza la necesidad de adoptar prácticas que permitan a las partes, a la judicatura, a la comunidad académica, a la prensa y a la sociedad en general acceder a decisiones comprensibles.

La norma dispone que los lineamientos serán aplicables en todos los casos en que se declare la admisibilidad de los recursos extraordinarios federales, sin que ello afecte la continuidad de los trámites en curso. Se prevé la creación de un grupo de trabajo permanente, integrado por representantes de la Secretaría de Jurisprudencia y de la Dirección de Comunicación y Gobierno Abierto, encargado de elaborar propuestas complementarias, monitorear el uso de tecnicismos y elevar informes periódicos al Tribunal.

El anexo establece una estructura básica para las sentencias, desde la descripción del objeto de la demanda hasta la redacción clara de la parte resolutiva, priorizando oraciones cortas, precisión argumental y autosuficiencia del texto. Si bien la medida fortalece la transparencia y se inserta en el derecho constitucional de acceso a la justicia (arts. 18 y 33 CN), la disidencia del ministro Lorenzetti señala su alcance limitado y carácter meramente declarativo, advirtiendo la necesidad de sistematizar experiencias previas y garantizar seguridad jurídica. En conclusión, la acordada constituye un avance hacia la claridad judicial, aunque requiere consolidación normativa y mayor generalización para integrarse plenamente en el ordenamiento vigente.

Versión en lenguaje claro

La Corte Suprema dictó en octubre de 2023 la Acordada 2640, que aprueba los Lineamientos Generales de Sentencias Claras. El objetivo es que las sentencias se entiendan mejor, no solo por los abogados, sino también por las partes del juicio, la prensa, el ámbito académico y la sociedad en general.

La decisión establece que estos lineamientos se aplicarán en todos los casos en que la Corte acepte un recurso extraordinario federal. Esto significa que, cuando se habilite esa vía, la sentencia deberá seguir pautas de claridad.

Se creó además un grupo de trabajo permanente. Su tarea será:

  • Proponer mejoras a las reglas de redacción aprobadas.
  • Revisar guías previas de estilo jurídico y adaptarlas.
  • Monitorear las sentencias para detectar tecnicismos y sugerir cambios.
  • Presentar informes periódicos a los ministros de la Corte.

Los lineamientos anexos recomiendan que cada sentencia tenga una estructura ordenada: primero se explica la demanda, luego los hechos, la decisión apelada, los agravios de la parte que recurre, la admisibilidad del recurso, la cuestión a resolver, los argumentos del Tribunal y finalmente la resolución clara. También se aconseja usar frases cortas, evitar “párrafos-oración” y explicar cuando se remite a precedentes o dictámenes.

El ministro Ricardo Lorenzetti votó en disidencia. Coincidió con la importancia del lenguaje claro, pero consideró que la medida es limitada, que no abarca a todo el Poder Judicial y que tiene un carácter más declarativo que efectivo. Señaló además que ya existen experiencias previas en el país y en el derecho comparado que deberían haberse integrado.

En resumen, la Corte Suprema busca dar un paso hacia la transparencia y el acceso a la justicia mediante sentencias más comprensibles. Sin embargo, el alcance inicial es reducido y se espera que en el futuro se amplíe a más casos y niveles de la justicia argentina.

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