La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de La Matanza, establece un precedente en “compensación económica” por desigualdades de género en el ámbito familiar, otorgando una compensación de $2.144.450 a una mujer que se dedicó exclusivamente a la crianza y educación de sus hijos, renunciando a su desarrollo profesional y laboral, mientras que su ex pareja continuó avanzando en su carrera.
Los jueces resaltaron el sacrificio personal y profesional de la mujer durante la convivencia con su ex pareja. Mientras ella se centraba en el cuidado de la familia, el demandado pudo seguir con su trayectoria laboral y profesional. El caso subraya la problemática de las estructuras sociales que perpetúan roles de género estereotipados y asimétricos, en los que frecuentemente las mujeres asumen el papel principal en el cuidado del hogar y de los hijos, a costa de su desarrollo personal y profesional.
El fallo reconoce el impacto económico y social que dicha dinámica tiene sobre las mujeres y busca reparar, en alguna medida, el desequilibrio y las oportunidades perdidas por la actora. Esta compensación económica no solo representa una reivindicación para la mujer afectada, sino que también envía un mensaje poderoso sobre la necesidad de reconocer y valorar el trabajo doméstico y de cuidado, tradicionalmente desempeñado por mujeres, y de buscar una mayor equidad en la distribución de roles dentro del núcleo familiar.