En un notable caso en la provincia de Río Negro, una situación familiar compleja encontró resolución a través de la mediación judicial, subrayando la eficacia y sensibilidad del sistema hacia las dinámicas familiares modernas. Una adolescente de 16 años, identificada como R.E., oriunda de Viedma, inició un proceso para asegurar una cuota alimentaria de sus padres biológicos, pese a haber elegido vivir con quien considera su “papá de corazón”, la ex pareja de su madre.
Este caso resalta no solo la figura del “padre afectivo” sino también la capacidad de la mediación para adaptarse a situaciones familiares no convencionales. Desde pequeña, la joven fue criada por el compañero de su madre, formando un vínculo afectivo profundo que la llevó a preferir su compañía incluso después de la separación de la pareja. Al buscar apoyo legal, R.E. y su guardador se dirigieron a la Defensa Pública de Viedma, donde su caso fue atendido con especial consideración por su complejidad emocional y familiar.
La estrategia para abordar esta situación involucró el Centro de Atención de la Defensa Pública (CADeP) y el Centro Integral de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos (CIMARC) de la Defensoría, enfatizando la mediación como herramienta clave. La mediación se llevó a cabo con la participación del padre biológico a través de una plataforma virtual, dado que no reside en Viedma, y contó con el apoyo de un defensor público. La madre, por su parte, no asistió a la audiencia.
El acuerdo alcanzado refleja las realidades familiares contemporáneas, destacando la mediación como un proceso que empodera a las partes involucradas. A través de este enfoque, se fomenta la autocomposición, permitiendo que las personas asuman un rol activo en la resolución de sus conflictos, con la guía y orientación de mediadores y defensores públicos.
Este caso es un testimonio del fortalecimiento de las áreas de mediación dentro del Poder Judicial de Río Negro, mostrando cómo la autocomposición puede ser un camino hacia la pacificación y solución de disputas, respetando los vínculos afectivos y las necesidades económicas de los menores involucrados. La resolución de este caso no solo asegura el bienestar económico de la adolescente sino que también valida y reconoce la importancia de las relaciones afectivas en la estructura familiar.